lunes, 24 de abril de 2017

"Todos mis editores eran federalistas y ahora son independentistas"


Martí Domínguez (Madrid, 1966), es un biólogo que escribe porque es un científico que piensa. Es como lo describe  Ramon Folch  en el prólogo de su primer libro, Peiximinuti , una recopilación de artículos publicados en el semanario Tiempo , donde comenzó cuando cursaba segundo de carrera, con 19 años. Hoy es uno de los escritores más importantes en lengua catalana. "Siempre he querido escribir y desde entonces no he parado", señala. "Y ahora ya es irreparable", apunta sonriente. Dirige Método , una prestigiosa revista de divulgación científica que edita la Universidad de Valencia, por la que ha recibido el Premio de Periodismo de Cataluña, que concede la Generalitat. Su redacción se sitúa en uno de los rincones más bonitos de la ciudad, el Jardín Botánico, apacible escenario donde transcurre la entrevista, y por el que el autor siente pasión.

Países que no existen


Hay países que todo el mundo conoce y otros de fronteras difusas que no encontrarás ni en los folletos de las agencias ni en las guías de viaje. Como Transnistria, un estado soviético entre el río Dniéster y la frontera de la República de Moldavia con Ucrania; Sealand, fundada en 1967 en alta mar a siete millas náuticas al este del Reino Unido en una plataforma militar abandonada después de la II Guerra Mundial; el reino autónomo de Ogonilandia, en el delta del Níger, o el reino caribeño y literario de Redonda.


Fernando Aramburu


Van faltando ya adjetivos y adverbios hiperbólicos para hablar de lo ocurrido con Patria, novelón de 642 páginas con el que el escritor Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) entra como un cuchillo en la mantequilla en el universo de ETA: en el de los asesinos, en el de sus víctimas y en el del desolador contexto familiar de todos ellos. 150.000 libros vendidos (un 20% en Euskadi, según la editorial Tusquets) y 12 ediciones enmarcan la evidencia de un éxito, el comercial, simbolizado en ese Reino de las Seis Cifras al que solo acceden los elegidos. Pero Patria ya es otra cosa, algo más que un libro. Puede que un espejo incómodo de la sociedad vasca tras años de cierta ruina moral ante los crímenes de la banda.