Hay muchas cosas que admiro en los humanos. También hay muchas cosas que detesto, aunque estas las acabo olvidando. La inmensa mayoría de las cosas, sin más, las ignoro.
Admiro la paciencia de los chinos, van siempre hacia adelante, saben que llegarán, aunque tarden. Valoro el orgullo de los franceses y el sentimiento que tienen por lo suyo, aunque este sentimiento sea insufrible para el resto de los mortales. Me gusta la capacidad que tienen los rusos para producir tecnología con menos medios, como ocurre con el Soyuz y sus aviones. Envidio la capacidad de los alemanes para organizar racionalmente el trabajo y lo que con este se produce. Los norteamericanos tienen una gran capacidad para organizar la producción de objetos en grandes series, incluidas las armas y el uso que de ellas se hace (Este último detalle quizás no sea admirable). De los españoles es admirable la capacidad que tenemos para dejar pasar el tiempo tendidos al Sol, sin realizar ninguna otra actividad provechosa. También es admirable la capacidad que tenemos para soportar a nuestros políticos que, sin duda, casi ninguno de nosotros nos merecemos.
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