miércoles, 27 de septiembre de 2017

El Dioscorides latino


Procede de la rica biblioteca personal del cardenal Fabio Chigi, que, cuando fue elegido papa, tomó el nombre de Alejandro VII (1655-1667), y se conserva en la actualidad en la Biblioteca Apostólica Vaticana (Chig. F.VII.159). Contiene un dioscórides, es decir, el tratado básico de farmacopea de obligada consulta en todo el mundo griego, latino y árabe desde el siglo II de Cristo hasta la Edad Moderna.

Toma su nombre de Pedacio Dioscórides Anazarbeo, un médico griego al servicio de Roma y sus legiones. En su “De materia medica” –título de su obra– recogió 600 plantas, 90 minerales y 30 productos procedentes de animales, de cada una de las cuales reproduce un dibujo, indicando sus virtudes terapéuticas. El códice vaticano está formado por 242 folios en pergamino de 283 x 198 mm., al que se añadió en el siglo XVI, estando ya en Italia, diez folios en papel con el índice alfabético de todos los “simplices” medicinales reproducidos. Este manuscrito fue concebido desde el principio sólo con ilustraciones, sin la adición de un texto explicativo.

Fue compuesto, siguiendo el orden alfabético, a mediados del siglo XV en el monasterio de San Juan Bautista de Constantinopla, y teniendo por modelo un famoso dioscórides, hoy en Viena, que había sido donado el año 512 a Juliana Anicia, hija del emperador Anicio Olibira y de Placidia, hija de Valentiniano III. Un conocido clérigo –monje o higumenos– del monasterio de San Demetrio, llamado Isidoro Ruthenus, fue el encargado de poner en letra muy pequeña en la parte superior del folio el nombre griego de la planta. Cinco manos posteriores –dos griegas y tres latinas, éstas cuando el códice estuvo en Italia– fueron añadiendo los nombres que reciben las distintas plantas en griego, latín e incluso en lenguas romances.

La mayor parte de los folios (13-219) se dedica a la representación de las plantas, y algunos menos (folios 221-232) al mundo animal (reptiles, insectos, aves, etc.). La calidad de los dibujos y propiedad del color empleado en las ilustraciones es de tal calidad –cosa que no ocurre en otros dioscórides– que ha sido calificada por los botánicos como una obra de arte de la farmacopea y botánica antigua y medieval.

No hay comentarios: