miércoles, 16 de mayo de 2018

Mayo del 68


El Mayo del 68 fue en España, como en otros países, una rebelión de los jóvenes, en gran parte de los universitarios. Mediados los años sesenta, la España franquista presumía de un milagro económico que hizo aumentar unas clases medias, cuyos hijos accedían cada vez en mayor número a la Universidad. Desde 1956 había irrumpido en escena una nueva generación, la de los “hijos de los vencedores y de los vencidos”, que pretendían clausurar la Guerra Civil e iniciaron una creciente confrontación con la dictadura.


El ensayo general revolucionario más influyente y menos exitoso ocurrió en Francia, y sobre todo en París, entre mayo y junio de 1968. Una revuelta que no perseguía llegar al poder sino cambiar la sociedad, un movimiento para reivindicar más libertades en la esfera privada que cuestionó la esfera pública. Nadie lo intuyó, nadie pudo detenerlo. El 3 de mayo los estudiantes de la Universidad de Nanterre, que acababa de ser clausurada, se trasladaron a la Sorbona. La policía intervino. Hubo 600 detenidos. Se levantaron barricadas. Dos semanas después había diez millones de obreros que secundaban la huelga general convocada por los sindicatos en una paralización sin precedentes en la Francia de las postguerras. La República francesa temblaba. No funcionaban ni los trenes, ni las fábricas, ni los aeropuertos. Prácticamente ningún coche circulaba en París. La televisin y la radio públicas secundaban la huelga. Hasta el Festival de Cannes de cine se interrumpió. Pese a que la calma regresó en junio, nada volvería a ser igual.

Ramón González Férriz publicó hace unos meses 1968. El nacimiento de un mundo nuevo, un ensayo en el que recorre los acontecimientos más importantes ocurridos hace ahora medio siglo en nueve países. Viaja del parisino mayo francés a la Primavera de Praga, pasando por México o Estados Unidos. González Férriz trata de despojar al 68 del halo simbólico que lo rodea para analizar qué pervive de aquel movimiento en 2018. Un espíritu que traslada a esta estantería pensada para que las generaciones que oyen hablar ahora del fenómeno social y político de aquel año entiendan lo que supuso, con sus luces y sus sombras.

“Conmemorar Mayo del 68 es una trampa”

Daniel Cohn-Bendit (Montauban, Francia, 1945) no quiere hablar más de la revuelta que encabezó hace cincuenta años. Medio siglo después de Mayo del 68, el antiguo líder estudiantil, reconvertido en reformista de centroizquierda y eurodiputado ecologista hasta 2014, ha preferido dedicar este año de conmemoraciones a rodar un documental, La traversée, recién presentado en el Festival de Cannes y que se emite este lunes en la televisión francesa. La película, dirigida por otro sesentayochista como Romain Goupil, recorre la Francia de Emmanuel Macron en busca de pequeñas historias protagonizadas por anónimos que, en su conjunto, aspiran a dar cuenta del estado actual del país. El propio Macron aceptó rodar una escena de antología "por su amistad con Cohn-Bendit", según el Elíseo.

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