El feminismo ha revolucionado y redefinido, en el último siglo, el papel de las mujeres en la sociedad, en un proceso que ha supuesto, inevitablemente, cuestionar y transformar el rol de lo masculino. Y pese a que cada vez más hombres apoyan —al menos desde la teoría— ese proceso de acercamiento a la igualdad, una de sus consecuencias es que ha dejado a la mitad de la humanidad huérfana de un modelo de referencia: el viejo ya no sirve para la convivencia equitativa con las mujeres en una sociedad democrática y el nuevo está aún en construcción.
lunes, 30 de abril de 2018
Nuevos hombres buenos
El feminismo ha revolucionado y redefinido, en el último siglo, el papel de las mujeres en la sociedad, en un proceso que ha supuesto, inevitablemente, cuestionar y transformar el rol de lo masculino. Y pese a que cada vez más hombres apoyan —al menos desde la teoría— ese proceso de acercamiento a la igualdad, una de sus consecuencias es que ha dejado a la mitad de la humanidad huérfana de un modelo de referencia: el viejo ya no sirve para la convivencia equitativa con las mujeres en una sociedad democrática y el nuevo está aún en construcción.
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