miércoles, 12 de julio de 2023

LA COSMOVISIÓN DEL KREMLIN

La política exterior cada vez más asertiva del Kremlin, incluida su ocupación ilegal de Crimea en 2014 y su intervención en Siria en 2015, resultó inesperada para muchos en Occidente. Sin embargo, estos eventos fueron meras extensiones de la visión del mundo que tenía el presidente ruso, Vladimir Putin. Esta visión del mundo se basó en más de dos décadas de insatisfacción compuesta con Occidente, así como en las experiencias acumuladas de Putin en sus campañas globales en curso para lograr sus objetivos centrales: la preservación de su régimen, el fin de la hegemonía estadounidense y el restablecimiento de Rusia como una potencia mundial. Algunas de estas ambiciones fueron domesticadas y otras aceleradas por eventos externos, sin embargo, su núcleo ha permanecido igual y, a menudo, en desacuerdo con Occidente. Los Estados Unidos creía que un breve período de política exterior no asertiva desde mediados de la década de 1980 hasta mediados de la de 1990 se había convertido en la nueva norma para Rusia. Este período no fue la norma sino una anomalía. La política exterior de Putin siempre ha sido asertiva, similar a la política exterior histórica de Rusia. Por lo tanto, EE. UU. puede verse nuevamente sorprendido por Putin. Este documento examina la evolución de la visión del mundo de la política exterior de Rusia desde el colapso de la Unión Soviética para ayudar a comprender las próximas prioridades probables del Kremlin.

INTRODUCCIÓN

EE. UU. ha intentado rutinariamente restablecer las relaciones con Rusia desde el ascenso al poder del presidente ruso Vladimir Putin en 2000. El colapso de la Unión Soviética llevó a legiones de académicos y legisladores a girar hacia los nuevos problemas de un Oriente Medio postsoviético, Europa y Asia. Toda una generación de estadounidenses apenas pensó en Rusia. La Federación Rusa fue vista como un antiguo enemigo que podría integrarse, aunque con dificultad, en el sistema internacional liderado por los EE. UU.

Sin embargo, Rusia no vio la pizarra limpia. La narrativa de la política exterior del Kremlin, por el contrario, pronto se centró en el desprecio de Estados Unidos por sus intereses y la necesidad de lograr un sistema internacional multipolar libre de la hegemonía estadounidense. Putin se ha mantenido claro en estos objetivos desde su ascenso al Kremlin. Rusia necesitaba recuperarse de su estado debilitado, restablecerse como una potencia global y lograr un nuevo orden mundial que mantuviera al Kremlin como un igual, no como un dependiente, de EE. UU.


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