lunes, 24 de julio de 2017
Felicidad nórdica
El concepto de felicidad escandinava con el que nos han estado bombardeando choca con la cantidad de antidepresivos que se consumen en estos países. Según un estudio de la OCDE, Islandia lidera el ránking con el 11,8% de los habitantes tomándoselos a diario.
En Suecia y en Dinamarca lo hacen el 8,4% y el 8% respectivamente, frente al 6,5% de españoles (que no es poco). ¿Tendrá algo que ver esta necesidad de echar mano de los fármacos con el aislamiento geográfico, el frío (en otoño e invierno la media de temperatura es de 10 grados bajo cero), la locura de tener 24 horas de luz en verano y apenas cuatro o cinco en invierno?
El psicólogo del centro ISEP Clínic Barcelona, Pau Obiol, detalla: “Aunque existen divergencias y conclusiones contradictorias entre diferentes estudios, hay investigaciones que confirman que la cantidad de luz solar, el clima, la polución, la nubosidad, la latitud geográfica y los cambios estacionales pueden influir en el estado de ánimo. De hecho, el Manual de Diagnósticos y Estadísticos de los Trastornos Mentales (DSM-V) asocia la depresión mayor recurrente con un patrón estacional. Se da en determinados momentos del año, normalmente en otoño e invierno, que son épocas donde hay una menor irradiación solar. No obstante, la variación individual y genética es igualmente determinante".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario