Hala Barakat, una periodista originaria de Siria, y Anas Quenab, un ingeniero palestino, tienen muchas cosas en común. Ambos son jóvenes, elocuentes y apasionados. Además, destilan optimismo a pesar de venir de países desgarrados por conflictos violentos. Y lo más importante, comparten una misma afición: les encanta debatir sobre temas políticos. Al parecer, no se les da nada mal, pues ambos han sido los ganadores del concurso que elabora la ONG Munathara, que organiza una competición de debates entre jóvenes de varios países del mundo árabe para estimular la construcción de una esfera pública vibrante en una región dónde predominan las autocracias y la polarización. Su objetivo último: dar voz a colectivos marginados.
lunes, 24 de julio de 2017
Torneo de debate entre jóvenes árabes
Hala Barakat, una periodista originaria de Siria, y Anas Quenab, un ingeniero palestino, tienen muchas cosas en común. Ambos son jóvenes, elocuentes y apasionados. Además, destilan optimismo a pesar de venir de países desgarrados por conflictos violentos. Y lo más importante, comparten una misma afición: les encanta debatir sobre temas políticos. Al parecer, no se les da nada mal, pues ambos han sido los ganadores del concurso que elabora la ONG Munathara, que organiza una competición de debates entre jóvenes de varios países del mundo árabe para estimular la construcción de una esfera pública vibrante en una región dónde predominan las autocracias y la polarización. Su objetivo último: dar voz a colectivos marginados.
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